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Del Acelere solo queda el cansancio
 

En busca de camello nos vimos en la imperiosa necesidad de comenzar a pensar nuevamente en estrategias para asumir la posición del artista “tratando de vivir de lo que le gusta” como ejercicio fundamental de ejercer la ciudadanía, ahí fue que pensamos invertir nuestros ahorros para por lo menos evitar el arriendo mensual que nos estaba produciendo malestar.  Varias posibilidades, inquietudes e ideas se discutieron como la compra de un taxi, de una copiadora, la venta de salchipapas; pero luego, la creación de una oficina móvil de características diversas fue ganando espacio dentro de TC.  Inmediatamente después de ponernos de acuerdo empezamos el plan sin darnos cuenta que 10 años más tarde nos estábamos metiendo nuevamente en algo que desconocíamos casi por completo, y era, comenzar a deliberar también como emprendedores en búsqueda de alternativas de vida sin que eso nos aleje de lo que hacíamos y por lo cual  habíamos transitado por una década.  Es así que se desarrolló la primera fase dentro de al zur-ich 2012 que consistió en la construcción de un primer dispositivo móvil, El Tanque, en colaboración con el colectivo Todo por la praxis de España y más tarde con Nordacas -residentes en Quito-.  Este primer momento del proceso nos planteó discutir las diversas posibilidades de un artefacto de tan singulares características dentro de un proyecto mas ambicioso como el P.010.  Entonces confiados en la propuesta, decidimos postular a una  de las becas del Mariano Aguilera; días mas tarde, y mientras estábamos trabajando en El Tanque nos comunican que somos acreedores a una de las becas de creación artística, la alegría y los dramas se acrecentaron al tener nuevos retos que nos ponían como gatos panza arriba.  Ahí fue que metimos la cabeza en agua fría y con unos objetivos en permanente construcción comenzamos a pensar cómo poder establecer las primeras directrices para desarrollar este plan.  Las neuronas destinadas a la generación de recursos comenzaron a funcionar y nos damos cuenta que la potencialidad del proyecto estaba ligada a la formación de alianzas estratégicas con colectivos, artistas, gestores, productores e instituciones entendiendo que la labor del artista, gestor, productor, vago, incitador, activista o como nos quieran denominar se fortalece en la relación con otros procesos que permitan un intercambio de conocimientos y metodologías para desarrollar propuestas pluridisciplinarias que dialoguen y cuestionen las formas de habitar el territorio.

Luego de meses de trabajo desde la llegada de los panas de TXP (Todo por la Praxis) y la alianza con Nordacas los objetivos del proyecto se asentaron en una acción más directa e iniciamos con el bosquejo de los primeros protocolos para accionar los dispositivos móviles, ahí fue que el P.010 entra en la dinámica de tratar de ser autogestionado y que sus relaciones con organizaciones, colectivos, instituciones públicas o privadas se encuentren bajo ciertas políticas de uso. Las negociación y acuerdos dependerán de los lineamientos conceptuales para los que fue destinado el proyecto; algunos dirán que los pajarracos le están tratando  de disparar a las escopetas pero para nosotros eso es exactamente una de las partes fundamentales de todo esto, cuestionar y cuestionarnos la relación de poder e intereses políticos y económicos que intervienen en esta correspondencia.  

Y es que uno de los objetivos de el P.010 es en esencia dinamizar los recursos para la sostenibilidad de procesos artísticos y culturales pero de manera autogestionada, reconociendo que este proceso no es fácil ni se lo hace con un solo proyecto ya que es necesario empezar a crear sinergias reales. El trabajo recién empieza y hay que ir dando los pasos uno a uno ya que del acelere solo queda el cansancio.

 

 
Los Mayas mismo tienen la culpa
 

A pesar de que algunito del Colectivo (Tranvía Cero) hubiese querido vivir en esa época, creemos que esto no tiene nada que ver con una nota hippie, new age, fiebre agogó, cambio de era o nada por el estilo, pero de que el Colectivo está experimentando una transformación es un hecho…   De esto nos fuimos dando cuenta desde que nos invitaron a participar en la creación de Bibliotecas Creactivas (2011-2012), un proyecto para niños en donde el planteamiento esencial era la creación de bibliotecas a partir de un ejercicio pedagógico, de autoconstrucción y reciclaje, y a ser desarrollado de manera colaborativa con colectivos que ni se conocían, pero compartían intereses comunes.  A partir de ésta experiencia y sin darnos cuenta (como nos pasa casi siempre), vimos que esta posibilidad era real al poder ser una alternativa a los procesos que el Colectivo venía desarrollando por años.  Entonces las propuestas comenzaron a ver esos otros actores con los que nos interesaría participar y de los cuales podríamos aprender y compartir conocimientos, estrategias y visiones.  Ahí fue que  pensamos en convocar a TXP (Todo por la praxis) y Nordacas para ver que salía de esta primera alianza, y 9 meses después (así no lo crean) sale el P.010 con dos dispositivos móviles que servirán como punto de partida para seguir investigando diversas metodologías, formas de trabajo, relaciones y colaboraciones.

El conocer distintas formas de accionar nos van dando luces para nuevos proyectos, plataformas e intervenciones, además de optimizar estrategias que permitan un acceso más fuerte y sostenido en los espacios a intervenir.  Es por ello que estamos muy interesados en fortalecer las alianzas con colectivos locales e internacionales sin un afán protagónico sino más bien como facilitadores de procesos que engloben intereses comunes.

Tranvía Cero ha estado siempre en la búsqueda de ser un grupo de incidencia no solo en las artes visuales sino en los procesos socio-culturales relacionados a la ciudad, al país y de manera internacional con proyectos que respondan a una postura propia que desarrolle herramientas eficaces y amigables en procesos culturales con la comunidad, de ahí en adelante estamos viendo mas allá de las localidades con las que habíamos trabajado y pretendemos enfocarnos en esa visión mas amplia de ver las cosas, es decir, un Colectivo mas cosmopolita, un colectivo más Buchanans (como el Wiskacho, “soy el hombre de Buchanans”, ustedes cachan)

 
Empezando a entender lo nómada y lo móvil

 

 

 

 

 

 

 

Estamos permanentemente atravesados por espacios simbólicos consolidados por luchas donde se entrecruzan e interpelan procesos que son resultado de subjetividades individuales y colectivas, y que a su vez sostienen los flujos de sentido en el territorio permitiendo relaciones concretas, tránsitos y desplazamientos dinámicos espacio-temporales. Los recorridos urbanos y sus relaciones se convierten en una táctica para habitar o morar la ciudad, de esta manera lo nómada es la transitoriedad de la experiencia, de los lugares y contextos, de los gestos e historias sobre nodos socio-culturales que hacen parte de la ciudad.

Esta visión se contrapone al sedentarismo al organizar a las sociedades a partir de lugares que están vinculados a una economía, política y religión permitiendo sostener a los sistemas de poder que regularmente no representan ni responden a la realidad. En este sentido, lo nómada en este proyecto (cultural y político) nos permite fluctuar el territorio y generar tejidos a través de relaciones comunitarias.

De esta forma entendemos al proyecto y sus dispositivos móviles como un proceso que conlleva ciertas dificultades, su pertenencia o no en un espacio determinado, el tamaño, la ubicación, la seguridad, el transporte, los servicios, el armado, las alianzas y algunas otras cosas que irán surgiendo en el camino y que nos irán replanteando constantemente.

El pretender estar en constante movimiento nos propuso debatir en la construcción de dos dispositivos: El Tanque como punto de inicio, que busca enfrentarse a la ciudad, a los espacios públicos y permanentes, ser un catalizador social de propuestas y diferentes bienes culturales dentro de lo comunitario, barrial y organizativo permeando las dinámicas sociales que lo atraviesan para hacer de éste un lugar de encuentro. Luego está el Bar-tolo Sound Sistem Grill que a manera de chivo expiatorio será el activador más a la mano de la bulla, la comidita, las bielas y el acelere del momento. Estos dos insumos culturales son la perfecta excusa para agruparse, unirse e invitar a charlar, tomarse unos vinitos y proponer “cambiar al mundo”, averiarlo desde cualquier frente, pensar el arte, la sociedad y la cultura, pero desde una estética socio-cultural, artística, chupable, medio amagosa, activista, hiposa, radical, de trinchera, roja, anarka, familiar, intelectualoide, medio mandarina pero bien profesional.

 
Encuentros
 
 
 
 
 
 
En el desarrollo del proyecto se vio la necesidad urgente de fortalecer las metodologías y estrategias con el objetivo de investigar, colaborar y dialogar con la comunidad que trabaja en medio de la cultura. En este sentido fue indispensable sostener el proceso a través de una serie de encuentros que generen un espacio para el intercambio de metodologías y herramientas de acción que provengan de diversas visiones en el enfrentamiento y diálogo con la ciudad y sus habitantes.

En el momento que pensamos trabajar procesos colaborativos multidisciplinarios vemos necesario invitar a diversos colectivos de la ciudad para conocer sus posturas, carencias y fortalezas, y de alguna manera, procurar alternativas a esos posibles problemas. Los encuentros fueron planteados como una forma de relacionarse en un espacio (el Tanque) que permite crear otras dinámicas más amables y menos protocolarias. Con esta iniciativa pretendemos crear sistemas orgánicos de relaciones a partir de la convivencia y de intereses comunes al crear proyectos en donde la autoría sea compartida con múltiples actores.  Esta pretensión en inicio, la llevamos a los actores socio culturales activos de la ciudad pero también a esa colectividad dispuesta a apostar en procesos culturales que los representen.

Es así que bajo estos intereses se realiza el 1er encuentro P.010“Mapeo de Actores” el 1 de diciembre del 2012 con el objetivo de conocer y geo/referenciar los circuitos culturales que se estaban desarrollando en la ciudad para establecer posibles proyectos colaborativos. En este primer encuentro asistieron aproximadamente 30 personas entre colectivos, artistas y gestores individuales que mantenían procesos socio-culturales, a varios de ellos los desconocíamos. El  2do encuentro “Open Grill” se los desarrolló con el fin de coordinar con los interesados posibles proyectos de activación así como la socialización de los progresos del proyecto y los mecanismos de socialización de la propuesta a mas actores.  En este encuentro nos acompañaron los panas de La Redada de Colombia e Indisciplinar de Brasil los cuales presentaron parte de su trabajo en relación con comunidades locales y la creación de redes pertinentes para este encuentro. Como resultado de este proceso aparece una invitación de la Redada para hacer el 3er encuentro y activación en Mindo, lugar donde varios miembros de la red residen actualmente y trabajan sus propuestas con la localidad.

Entendemos que parte de los proyectos que se desarrollan en la ciudad surgen desde intereses aislados al desconocer procesos similares y este sentido este tipo de encuentros permiten relacionar agendas y estrategias para coordinar de una manera mas efectiva el accionar colectivo en cualquier ámbito y desde cualquier disciplina.

 

 

Las Alianzas como término clave
 

Como ya es sabido durante la historia y en muchos casos el “capital social” se a convertido en un instrumento para sostener a los estados a través de normas, leyes y políticas económicas que priman por sobre los sujetos para mantener a grupos de poder que pretenden dominar y regular los comportamientos de los cuerpos, las subjetividades, los individuos y sus relaciones con el espacio y el territorio. Existen a nivel global y local múltiples experiencias de movimientos sociales, culturales y políticos que han replanteado estas relaciones de poder con diversas estrategias y objetivos, en nuestro caso la falta de espacios como galerías para las cuales la academia nos había preparado se convirtió en la motivación para emprender otras rutas, el espacio público y las alianzas como articulador de transformación. El espacio público a pesar de ser también un lugar regularizado se convirtió en un sitio donde el arte y la cultura podían visibilizar tejidos de amistad y procesos que intentan dar respuesta a la insuficiencia de apoyos para el sector de la cultura. En este momento los esfuerzos de muchas colectividades fueron sosteniendo y consolidando otros conocimientos para entender la cultura desde el hacer, esta micro estructura incorporó nuevos conocimientos y visiones que no se habían tomado en cuenta desde el pensamiento oficial.

Con estos antecedentes entendemos el capital social desde las alianzas y relaciones de reciprocidad en donde las libertades comunicativas, expresivas y culturales sean reflejo de intereses más colectivos y que sean la base para el desarrollo de propuestas de activación, diálogo e inserción. La idea es aplicar la colaboración como recurso de valoración, como fuente de empoderamiento y fortaleza ante posiciones egoístas, individuales y ególatras.

Colaborar como una actividad intrínseca en los procesos socio-culturales (la minga, el acolite) han sido formas efectivas para la producción de propuestas que indudablemente de forma individual serían imposibles de resolver, un ejemplo reciente es la experiencia con las “Bibliotecas Creactivas” (Mundo Juvenil 2011, Montalvo 2012), que fueron desarrolladas por un sinnúmero de amigos, amigas, instituciones, profesores, artistas, arquitectos, activistas, constructores, gestores, políticos, estudiantes, voluntarios y curiosos que venían de diferentes disciplinas y lugares del mundo pero todos con una misma idea: diseñar espacios de diálogo para niños con elementos reciclados y unos mínimos recursos económicos siendo la base del proceso el capital humano. 

Siguiendo esta forma de camellar llega el X Encuentro de arte y comunidad al zur-ich 2012, en esta edición creímos pertinente invitar a artistas, organizaciones de base, gestores culturales y comunidades barriales a desarrollar proyectos que recojan las inquietudes y las visiones individuales en una propuesta colectiva. Al iniciar el encuentro los planteamientos y equipos entran en conflicto de intereses y objetivos fruto de lo cual después de un tiempo se dan como resultado 9 propuestas, unas más efectivas que otras pero todas con la premisa de unir fuerzas en pos de un objetivo común, y es que el leitmotiv de esa forma de trabajar es la decisión frontal y horizontal de exigir un derecho ciudadano para involucrarse en procesos de transformación, posibilidades de subsistencia, canalizar necesidades propias del hacer humano y poner en tensión el quehacer individual en pos de la colectividad.

 

 

Autoconstrucción
 

Los procesos de autoconstrucción visibilizan la capacidad de acción de los ciudadanos para producir social y físicamente su entorno.

Mediante esta herramienta se pone de manifiesto que existe la posibilidad de generar alternativas (independientes de la gestión pública) para la producción de espacios equipados y adaptables a las diversas necesidades colectivas.

Para lograr este fin se desarrolla una metodología que se basa en una inversión capital y en una intensiva mano de obra, lo cual exige una canalización del caudal de trabajo a través de la organización en fases del proyecto constructivo y la asignación de funciones y responsabilidades a cada uno de los auto-constructores, a lo largo del proceso, en base a las habilidades personales de cada miembro del equipo y no a su condición de género (organización de las relaciones técnicas y sociales). Cabe destacar que pese a que la construcción formal es un ámbito eminentemente masculino, en los procesos de autoconstrucción comunitaria son fundamentales las fuerzas de trabajo femeninas.

El resultado del proyecto en términos materiales ha de ser un dispositivo (mueble/inmueble) funcional, estético y de calidad en sus acabados pero sin olvidar que en este tipo de proyectos prima el proceso frente al objeto; es decir, la construcción social que a lo largo de la construcción física se desencadena.

A través de los procesos de construcción colectiva se produce cohesión social entre los integrantes del equipo de trabajo y un empoderamiento de los mismos. Al finalizar el proyecto se habrán obtenido conocimientos técnicos constructivos así como conocimiento en el ámbito de la autogestión, que podrán ser de aplicación en futuros proyectos y que permite que la ciudadanía no limite sus acciones por falta de recursos técnicos o materiales.

La finalidad del proyecto auto-constructivo es la replicabilidad al haber trabajado bajo el concepto de formador de formadores, por lo que para la viabilidad del mismo es necesario que la tecnología desarrollada sea apropiable, que el objeto construido esté estandarizado pero permita modificaciones sobre el mismo para adaptarse a las necesidades y la identidad de otros auto-constructores y que el proceso este sistematizado para poder analizarlo, evaluarlo y compartirlo.

 

 

 

 

 

“La relación entre tiempo y arquitectura ha cambiado, la arquitectura eterna, la casa de toda la vida, no responden al estado actual de la sociedad. Todos somos ahora más nómadas, más que estar en un espacio, transitamos en el espacio, habitamos trayectos.”

                                                             

                                                                 María Jesús Muñoz Pardo, 2006

[...] el saber no se produce

por consenso, sino por disenso.

No es una suma de lo mismo,

sino un producto de lo diferente

 Jesús Ibáñez


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